Mientras otros soportes entran en fase de madurez, la publicidad exterior avanza con fuerza y se posiciona como un canal estratégico para las marcas que buscan relevancia, cercanía y eficacia.
En el cambiante ecosistema de la comunicación, 2025 ha consolidado una tendencia que se intuía: la publicidad exterior (OOH), lejos de haber perdido protagonismo en la era digital, ha encontrado una segunda juventud. Según datos del Estudio InfoAdex 2025, el medio exterior ha crecido un 18,5 % en el primer semestre del año, consolidando así una trayectoria ascendente que lo convierte en el soporte con mayor dinamismo dentro del conjunto de medios controlados.
Este crecimiento viene acompañado de una cierta estabilización —e incluso descenso moderado— en otros medios que, con todo el respeto y reconocimiento a su papel histórico y vigente, atraviesan un proceso de transformación. La televisión lineal, por ejemplo, ha registrado una caída del 8,3 %, mientras que la prensa escrita continúa ajustándose a un nuevo escenario de consumo.
En este contexto, el OOH ofrece algo distinto: la oportunidad de conectar con las audiencias en el espacio público, sin intermediarios, sin scrolls, sin filtros, al tiempo que mantiene una dimensión emocional: la de estar presente en el día a día de las personas, en sus trayectos, sus rutinas y sus ciudades.
Más allá del impacto visual, las marcas están redescubriendo en el medio exterior un canal con capacidad para generar recuerdo, conversación y afinidad. En un momento en el que el mercado busca mensajes auténticos y experiencias memorables, el mensaje es claro: la calle vuelve a ser el mejor escaparate. Y está más viva que nunca.
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