Hasta hace muy poco, la gran mayoría de los vehículos eran de diésel o gasolina. Prácticamente no había más opciones. Sin embargo, en los últimos años todo ha cambiado mucho y han aparecido otras alternativas, como el GNC o Gas Natural Comprimido.
El Gas Natural Comprimido es un recurso orgánico natural, formado básicamente por metano (casi el 90 %) y que no necesita un largo tratado de refinamiento. Por eso, es una muy buena opción a la hora de sustituir al gasoil y la gasolina como carburante porque una de sus principales ventajas es que es un combustible notablemente más limpio y bastante menos contaminante: con su uso se reducen las emisiones más nocivas para el medio ambiente como el CO2, NOx, CO, HC, SO2.
Otra de sus ventajas es que un motor de GNC es mucho más duradero, ya que su funcionamiento no necesita tantas revoluciones como un motor de combustible, además de generar menos residuos y vibraciones acústicas.
Al consumir un menor consumo de combustible, se obtiene un mayor ahorro energético.
Por otro lado, el sistema de repostaje del GNC es mucho más eficaz que el de los combustibles tradicionales, ya que se eliminan las pérdidas por volatización del combustible que se producen en las mangueras. Por lo tanto, presentan menos posibilidades de inflamación y detonación al contacto con la atmósfera, siendo así más seguros que los vehículos convencionales.
Debido a su baja contaminación y a las grandes reservas de gas natural, este combustible está subvencionado por la UE y los vehículos se benefician de la etiqueta Eco de la DGT, pudiendo así acceder al centro de grandes ciudades en episodios de alta contaminación y teniendo grandes ventajas a la hora de aparcar en zona de estacionamiento regulado.
Por lo tanto, podemos decir que el GNC, en comparación con otros combustibles tradicionales, es un combustible más limpio, más silencioso y económico. Una alternativa perfecta, si como alegria-activity, se quiere apostar por la energía verde.